“en los asientos baratos pueden aplaudir; el resto hagan sonar sus joyas,”. John Lennon
Cuando recibí la llamada eufórica de un amigo la noche del lunes 10 de Noviembre del 2008 contándome de la visita de Radiohead a Chile, luego de años de falsos rumores sobre un concierto en estas tierras, tuve sentimientos encontrados. Mi amigo me preguntaba del otro lado del auricular si me encontraba bien, ya que mi recepción de la noticia fue más bien fría, considerando que la banda de Oxford se ganó mi total devoción luego de la salida de los discos “Kid A” y “Amnesiac” allá por el año 2003, convirtiéndose para mí en una banda de rock pop de culto, que supo reinventarse tras el genial “Ok Computer” y añadir nuevas sonoridades al main stream. También las letras de Thom Yorke se han considerado como una voz de las últimas generaciones, por lo que en muchas ocasiones soñábamos con el privilegio de poder verlos en vivo.
Sin embargo mi mayor desazón tiene que ver, que el show planeado para Santiago el 27 de marzo del 2009 en el Estadio San Carlos de Apoquindo, esta en manos de Dg medios, una productora que se ha encargado de traer a Chile a una gran parte de los numerosos artistas que han visitado Sudamérica, durante este fructífero año en agenda de conciertos, pero que ha establecido una macabra política de encarecer cada vez más los precios para los conciertos.
No sé cuál es la noción del país que tengan los artistas que visitan Chile, sin embargo hay una idea arribista de que esta Nación es una de los más estables del continente, económicamente hablando, que ha registrado un gran crecimiento; por ende en políticas de la industria del entretenimiento, los shows han ido adquiriendo cada vez altísimos precios en comparación con los países vecinos donde las entradas generalmente valen la mitad que las de acá.
Sin embargo la realidad es otra, al igual que el resto de América Latina, Chile es un país pobre, con una diferencia de clases brutal, por lo que estos eventos musicales están siendo panorama exclusivo de los amigos más holgados económicamente, y una pesadilla para los amantes de la música más pobres que deben endeudarse hasta el cuello, con tarjetas de casas comerciales.
Obviamente los costos de producir un recital de esta magnitud son altísimos y el precio de las entradas son precisamente para el despliegue técnico de calidad, sin embargo DG medios y otras productoras chilenas, han incurrido en el último tiempo por sub dividir las localidades de los recintos, para establecer la venta de tickets mucho más caros dependiendo del sector marcando una gran diferencia entre las posiciones de los locales con respecto a la cercanía con los locales.
La cancha para la visita de Radiohead bajo su gira del discazo que es In Rainbowns está divida en la mitad, un “golden circus” pegado al escenario y una general, además de diversos palcos laterales. La diferencia entre ambas canchas es de alrededor de $50.000 pesos, y con esto, ya no corren las viejas filas eternas de los fans, a tempranas horas del día, para estar pegado a la reja que separa a los artistas del público. Ahora los músicos están acostumbrados a tener entre las primeras filas a los fans pudientes, que llegan justo a la hora del show, y que en la mayoría de los casos contemplan inmóviles el concierto.
En la reciente visita de R.E.M bajo el marco de un festival llamado Sue, ocurrió lo mismo. Stipe y sus muchachos por razones políticas no gustan que marcas auspicien sus conciertos, por lo que inventaron este festival junto a otras bandas para limpiar sus conciencias demócratas, sin embargo lo mismo con los tickets y lo peor es que la producción no se encargó de que The Mars Volta, una de las bandas invitadas, sonara como corresponde, haciendo pasar un mal rato a los fans de esta agrupación. R.E.M con un discurso pro Obama y anti lucro de las empresas, ni siquiera hizo referencia al precio de los boletos, ni a la evidente separación entre la elitista cancha vip (donde yo me encontraba por un milagro) y la cancha general que veía al pelado Stipes a lo lejos, ayudados de pantallas gigantes.
En el concierto de NIN lo mismo. La interacción se dio con las primeras filas, los panderos y uñetas regalados al público por Trent Reznor y sus muchachos fueron en exclusiva, para los que invirtieron más al comprar el caro tickets al lado del escenario.
Radiohead es una de las bandas que tiene un claro discurso frente a la industria musical, de hecho el disco In Rainbowns fue distribuido mediante Internet, con el que el quinteto se pasó por el culo a la industria disquera, sin embargo en su presentación en Chile viene bajo el marco de un festival con el nombre de la cerveza nacional más mala, lo que seguramente será un invento para justificar el aporte de privados en el show, al igual que con el Sue, un tema que de seguro parecerá estar en orden para los “cabeza de radio”.
La visita de Radiohead ha causado un gran revuelo entre los numerosos fans en Chile, las entradas se pusieron a la venta al día siguiente del anuncio de la noticia y se estime que se agoten pronto pese al precio, porque la lógica de las productoras es que los fans todo lo compran.
Por mi parte, ya me encalillé con la entrada más barata, con la tarjeta de crédito de una amiga de mi polola. Debemos llegar temprano ese día para ubicarnos a kilómetros del escenario, pero obviamente la música a cargo de Thom, Johnny, Ed, Collin y Phill sanará el mal trago, de que nos tengan acostumbrados a que los recitales sean caros en Chile. Lo ideal sería que las mismas bandas se percataran de este detalle, y pidieran que no se desorbitaran los precios con estas subdivisiones que están al límite del robo.
Hay que esperar que el concierto suene increíble, ya que, cada peso de la entrada de seguro lo vale, pero sin embrago me quedo con la sensación que nos están cagando. Ojalá telonee Sigur Ros.
En el concierto de NIN lo mismo. La interacción se dio con las primeras filas, los panderos y uñetas regalados al público por Trent Reznor y sus muchachos fueron en exclusiva, para los que invirtieron más al comprar el caro tickets al lado del escenario.
Radiohead es una de las bandas que tiene un claro discurso frente a la industria musical, de hecho el disco In Rainbowns fue distribuido mediante Internet, con el que el quinteto se pasó por el culo a la industria disquera, sin embargo en su presentación en Chile viene bajo el marco de un festival con el nombre de la cerveza nacional más mala, lo que seguramente será un invento para justificar el aporte de privados en el show, al igual que con el Sue, un tema que de seguro parecerá estar en orden para los “cabeza de radio”.
La visita de Radiohead ha causado un gran revuelo entre los numerosos fans en Chile, las entradas se pusieron a la venta al día siguiente del anuncio de la noticia y se estime que se agoten pronto pese al precio, porque la lógica de las productoras es que los fans todo lo compran.
Por mi parte, ya me encalillé con la entrada más barata, con la tarjeta de crédito de una amiga de mi polola. Debemos llegar temprano ese día para ubicarnos a kilómetros del escenario, pero obviamente la música a cargo de Thom, Johnny, Ed, Collin y Phill sanará el mal trago, de que nos tengan acostumbrados a que los recitales sean caros en Chile. Lo ideal sería que las mismas bandas se percataran de este detalle, y pidieran que no se desorbitaran los precios con estas subdivisiones que están al límite del robo.
Hay que esperar que el concierto suene increíble, ya que, cada peso de la entrada de seguro lo vale, pero sin embrago me quedo con la sensación que nos están cagando. Ojalá telonee Sigur Ros.