Jesús se apareció en el sueño de un Constructor Civil y le ordenó que trabajara en la construcción de una Comisaría, y robara materiales de aquella obra, para levantar la primera Iglesia Evangélica del pueblo. La empresa constructora que edificaba en el pueblo cursa acciones legales, sin embargo, el responsable atribuye su actuar al mandato divino.
Me encuentro caminando por las cortas calles de Graneros, un pueblo en la S Sexta Región camino a Rancagua, tierra natal de los Grillitos, esos niños folkloristas y del ídolo romántico ex Rojo Mario Guerrero. Busco una comisaría de pacos recién construida y una iglesia nueva, ambas están muy cerca y tienen los mismos colores, como si los carabineros también tuvieran una iglesia para rezar. Busco al constructor y pastor evangélico, un señor llamado Marcelo Muñoz, que la empresa donde trabajo culpa de un gran robo en pro de su institución religiosa.
Me intercepta Ignacio Silva, el eléctrico de la obra, principal testigo ante carabineros de los robos en la construcción de la comisaría, quien comenzó a indagar en los hurtos luego de la desaparición de un taladro roto martillo Dewalt que encontró en manos del propio Marcelo. A raíz de esto, él junto a sus ayudantes, se encargó de encarar al pastor y jefe de obra de la nueva comisaría de Graneros, encargada a través de un concurso público, a la empresa constructora donde trabajo.
Ignacio tiene una especie de paranoia, ya que dice que todos en el pueblo son evangélicos, y teme por que en un día de estos lo agredan, como zombies de alguna película de George Romero. Fue él junto a 11 trabajadores (incluido un infiltrado entrenado por mí) los que declararon en la justicia denunciando los robos. Esto motivo a la investigación que se me encomendó, mi primera investigación.
Al igual que Marcelo, Ignacio es cristiano. Me cuenta que todos los trabajadores de la obra sabían que muchos de los materiales de la Comisaría iban a parar a la edificación del templo, sin embargo, me dice que se arrepiente enormemente de haber ignorado los rumores de los obreros sobre el pastor de Graneros, ya que terminó siendo victima de sus robos, amparados por el perdón de Jesús.
Caminamos en dirección a la Iglesia que colinda con la nueva construcción, y nos sentimos observados por unas señoras de faldas largas, que en cualquier momento se abalanzan en contra de Silva. Tienen el cabello extremadamente largo y la mirada penetrante, parecen gitanas, no evangélicas.
Fuera de la iglesia hay una patrulla de Carabineros, por lo que nos sentimos más protegidos, sin embargo el ambiente se torna hostil, cuando los obreros de la Comisaría (que también son miembros de la iglesia) ven la presencia del eléctrico pisando el edificio sagrado. Nos obligan a salir del templo e increpan a Silva tratándolo de “Judas”, sin embargo los carabineros que nos acompañan se encargan de calmar los ánimos.
Entramos al templo donde algunos Carabineros ya estaban adentro retirando las especies confiscadas entre las que se ven unos laptop. Conversan con Marcelo que se ve sereno, lo había visto en Santiago en un par de veces por la empresa, un tipo de unos 50 años, flaco y bien peinado. El tipo me reconoce y me saluda cordialmente, le digo que vengo a conversar con el, que necesito saber su versión de los hechos según ordenó Gerencia, aunque todos sabemos que tendrá que enfrentar a la justicia por las graves acusaciones.
Una señora robusta y con cara de enojo, que es la mujer del pastor, me dice que Marcelo no es ningún ladrón. Fue Jesús quien lo guió me explica, y me pregunta si es que yo no había robado alguna vez. Claro que he robado pues señora, pero no he dejado en la quiebra a ninguna empresa pues, le comento , sin embargo el dueño esta dispuesto a deponer las demandas si se clarifican los hurtos. Ladrón que lo roba a otro Ladrón tiene Perdón de Dios me vuelve a replicar con sabiduría populr más que de lectura bíblica, y mucho más calmada me dice que la empresa debería olvidar el impase, ya que se hizo un gran aporte a la comunidad del pueblo, apelando a la fé en dios del dueño.
Les pido a los presentes que me dejen a solas con Marcelo, nos sentamos en los bancos y enciendo la grabadora, hay mucho olor a pintura dentro, parece que hubieran pintado recién con los colores institucionales de la policía. Marcelo escucha atento y su rostro parece chupado, amarillento y se ve evidentemente nervioso.
¿Cómo fue que llegó a trabajar a esta Empresa Marcelo?
Fue una señal que recibí del señor a través de un sueño. Ahí vi como se estaba levantando un edificio en una zona eriaza del pueblo. Al despertar comprendí que tenía que trabajar en esa construcción, así que compre el diario y justamente había un aviso buscando un residente. Yo calzaba perfectamente con los requisitos, por lo que es un hecho que Dios así lo quiso.
¿Y después de eso te llamaron a una entrevista?
Claro, me entrevistó su Jefe. Habían tenido problemas en la obra con el antiguo residente contratado y necesitaban urgente alguien que residiera en la zona. Además se vio muy interesado que yo fuera miembro de la Iglesia y que conociera a los hermanos que se dedicaban a la construcción y la carpintería, él también es muy creyente.
¿Y en esos momentos se encontraban construyendo su iglesia?
Habíamos empezado hace un año con los hermanos, pero la falta de recursos nos obligaba a tenerla parada. Yo había quedado sin trabajo y con las donaciones no alcanzábamos a continuar la construcción, por eso el señor nos puso esta oportunidad en el camino.
Pero según entiendo dios dice “No robaras”, por ende no creo que él te haya dicho: “Anda Marcelo roba en esa obra”.
Esto no fue un delito, en este caso esta justificado, porque fue la acción del señor quien nos puso esta construcción a una cuadra de donde nosotros estábamos construyendo una iglesia para celebrarlo a él, además ocupamos materiales sobrantes.
¿Entonces fue dios quien les dijo que robaran ahí?
Nos dijo que esta era la oportunidad de terminar una obra para el bien de este pueblo, nuestra comunidad no tenía un lugar donde adorar a nuestro señor, teníamos que orar en la calle ¡como indigentes!, en cualquier plaza, por eso se apiadó de nosotros y nos mandó esta señal, para que aparte de trabajar en la construcción de la comisaría termináramos la obra más bella construida con nuestras manos, él quiere lo mejor para sus ovejas.
Pero ante la justicia tú eres un ladrón Marcelo.
¡Yo no soy ningún ladrón!. Tomé los materiales que le sobraban a la obra, no le estaba robando a nadie, ese material terminaría en la basura o en la casa de los obreros, sin embargo terminaron en nuestro hermoso templo, que construimos con nuestras manos.
Pero además del robo de materiales se te acusa de la pérdida de 2 notebooks, además algunos contratistas atestiguaron contra ti por la pérdida de un taladro y una escalera.
Eso es completamente falso, estos señores tuvieron problemas conmigo, por eso me quieren acusar de ladrón, pero eso es todo mentira, lo que pasa que esas cosas las tenían botadas en la obra y yo se las guardé para que no se las robaran y ahora me acusan de ladrón a mí.
Sin embargo estos objetos se encontraron en las dependencias de la Iglesia y están siendo requisados por carabineros.
Yo no tengo nada que ver con eso, eso es un montaje.
Pero hay trabajadores que lo vieron tomando esos objetos.
¡Eso es mentira!, ya le expliqué que los estaba guardando acá, porque en la obra se los roban.
Las perdidas para la empresa son en grandes cifras, se gastó mucho material en esta obra y no se recuperó con la plata entregada por el Ministerio de Obras Públicas, además se demoró 2 meses más en terminar esta obra de lo que se tenía presupuestado.
La empresa tiene mucho dinero, así que no creo que esto haya sido un real problema para ustedes, aparte nosotros trabajamos muy duro en la obra, y en la noche trabajábamos en la iglesia, así que no nos pueden acusar de la tardanza de la entrega.
Entonces que los trabajadores estaban cansados, ¿por eso demoraron más en terminar?
No lo creo, los hermanos trabajaban con toda la fé ayudados por Jesucristo, Jesús es otro obrero más, se ponía un casco y martillaba con nosotros, ya que él es carpintero al igual que su padre.
¿Estas Arrepentido Marcelo?
Dios sí lo quiso, no me puedo quejar de sus designios, además espero que la empresa tome conciencia de que esto no es ningún delito, porque lo que nosotros le entregamos a ellos en horas de trabajo, fue retribuido en esta hermosa iglesia que quedará para siempre en nuestro pueblo.
Terminamos la declaración y Marcelo parece molesto, los carabineros se lo llevan en una patrulla y las mujeres comienzan a cantar con guitarras y panderos que parecieron mágicamente. Unos pacos nos escoltan a Silva y a mí hacia una camioneta, y una señora me entrega el folleto de un pasaje bíblico donde Cristo dice “Si hay alguien que esté libre de culpas, que lance la primera Piedra” y siguen cantando con lágrimas en sus ojos de zombies.